lunes

Que no te arrastre la sensación de siempre, que no te lleve de vuelta a donde solías estar. Mirando para el frente, siempre. Pero nos caemos. Un pero atrás de todo, un pero antes de arrancar. Que la estación no te tire para abajo, que no te importen las voces, ni los ojos, ni la vida que tenías ayer.  Ahora cantan pájaros, suenan las voces nuevas porque afuera está fresquito, está tan fresco que nuestro corazón siente la necesidad del abrazo. Del viento buchón dicen, del viento que inunda todos los rastros de las cosas viejas. De las cosas que no querés saber, pero que igual. Están. Estamos.
Siendo. Fuertes quizás, lejos, allá atrás están las montañas, los huecos gigantes donde aprendiste a caer, y quisiste estar encerrado. Encerrada, las voces me persiguen, si no confío sé que voy a caer, como una vez aprendí, como una vez me enseñaron.
Y ahora decidí no volver.
Voy a cerrar las puertas, encerrar en las manos toda tu respiración, el oxígeno, que me obliga a volver, que me mancha la cara con una sonrisa, y me devuelve, a todo esto, a nuestras mañanas de sol.

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