lunes

Es evitar pasar a papel el rollo de tu cabeza, por miedo a descubrir todo lo que hay atrapado, no quiero estar loca otra vez.

Querer salir corriendo y darte cuenta que la puta soga que te amarra, es la que antes usaste para secar tus ideas. Y te dispara, y te dispara el mundo canciones en re menor para hacerte odiar; odiar aquel puto cuaderno donde guardaste tus derrotas, y hoy te aterra.

Es volver a caer y no encontrar la cadena, y ya no se qué hacer sabés, no sé si salir corriendo, quedarme a esperar, o esconderme para no volver. No vivimos de películas, no vivimos de cuentos, y yo ni sé de qué vivo ya, si ese viejo que sonríe saludándote lo hace porque es amable o por crueldad.

Este es ese justo momento donde si pasara un tren, te podrías a gritar, a patalear, como gran niña que eres.

Es el pecho el que se te escapa, y quiere formar un nuevo orden dictatorial, donde no se admitan ojos, ni oídos, ni boca, boca para lastimar a un corazón que encerrado, no deja de chillar palabras absurdas que el pecho no oye, porque ya se le cayeron los oídos de tanto mirar con los ojos envueltos en sal. Y es ahora cuando no podés arrancar las miradas puestas en vos, y cuando cualquier lugar en el mundo es mejor que tu guerra.

Ya no me río de mi ¿sabés? Avancé muchísimo en este rato, y descubrí que se me pasó el cuarto de la una, y mañana me levanto temprano.

No hay comentarios: