lunes

En el intento de desafiar nos volvemos inútiles,
y reconocer que todo está más allá de lo que imaginamos es nuestra vocación.
Podríamos desnudarnos y estallar en mil pedazos,
llenando el suelo de sien.
Pero somos tan frágiles que no sabríamos escapar.
Resquebrajar nuestro oído,
Contemplar el silencio y regenerar manos nuevas
Que se cortan y se disfrazan
De unos fantasmas con aliento a limón.
Son tus pestañas, es ese sillón.
Y darse vuelta de apoco para levantar la piedra
Y avanzar hacia el siguiente cuadrado.
No os olvidéis nunca de saltar en un solo pie.
Es la voz que canta por mí,
Y es el suelo el que me invita a caer
Y no entiende, sabes que
no entiende.

Se le cortan los dedos de jugar a que se escapa
Y se cultiva en el pecho, rogando por un regreso más.
Es el cielo, entendéis?
Es el cielo el que crece,
y nos ve fugarnos con sabor a alcohol en la lengua.
Es imaginarnos todas las escenas de un largometraje
Luego de una lar
ga confesión.

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