martes

Londres, debería de llover menos piensa va caminando, por suerte la lluvia sirve para mezclar lágrimas. La tormenta que no alivia el calor, simplemente pasa desapercibida. Vos que no estás, mil veces traté de buscarte, otro año que empieza y se me atraganta la angustia en el pecho de pensar en estar tan lejos, en otro país, en otro estado, en otro tiempo. Sin vos, claro está. Las licuadoras ya no sirven en esta casa, ni un solo trago para mezclar el dolor, el despertar y tocar bien fuerte el timbre porque vas a estar durmiendo, y si toda la mierda es así, de nada sirve intentar diferenciarse.
Los charcos del corazón piensa, y en la última noche, que sabía que así debería de ser. Nunca comenzó otro año nuevo. Agujero en el pecho, para no perder la costumbre, canciones nuevas, y que llueva todo el día. Adentro del alma hace frío, Enero es tan difícil cuando se trata de empezar, cuando no existen grises porque los arrancaste, y de vuelta que empezaste a querer el negro, siempre dijiste que era tu color favorito, pero no en estos tiempos, no en mi cabeza, no cuando me dibujabas notas en la espalda, o cuando los truenos me iluminaban la cara, y te reías. Te reías porque afuera llovía igual que adentro y yo no dejaba que te fueras, y me gritabas que tenías un paraguas y yo que buscaba hacerte cosquillas. Te retorcías, me inventé mil historias para no dejar que murieras adentro mío, con esta angustia. Feliz primer angustia del año. El invierno que rostiza huesos, y lo hace gritando, como vos, como yo cuando enseñabas qué era amor. Lo más triste de todo es cuando el corazón se acostumbra a un perfume.
Pero el sabor de la distancia cura todo.
Tranquila.
Los temblores otra vez, que volver o quedarse, salir a la calle o desnudarme y ahogarme en la bañera hasta que se me olvide el tiempo que pasó, y cuántos días quedarán hasta recibir esa puta carta que lo cambie todo.
Que cambie la manera en la que se me dió por respirar, por contar los minutos, por cantar, hablar, la voz quebrada, los secretos bajitos, tu cama, la tormenta, los días, dormir, despertarse, el calor, el amor por todas partes y volver a emborracharme con la mierda de mi cabeza, y la lluvia que otra vez me angustia el alma, y vos cómo decís que te llamás?
Escuchame, pero escuchame bien,
todas las canciones,
dicen
que soy una cobarde.



No hay comentarios: