domingo

El arma disparará poesía.
La canción, entonces, subirá por los pies, dibujando el camino que recorre el dolor, dibujando así, la sangre perdida en cada vomito de los pueblos.
El tiempo se escurre, tratamos de despegar del suelo, manteniendo los dientes atados a los tobillos. Caminamos de sangre en sangre, la ventana astilla huesos, y el corazón habla de su ebriedad. La calma está sujeta a los pies de los justos, de los santos, de la tierra infértil dónde se plantan tus te quiero, 

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