martes

Ojalá se me cortara el alma, y pudiera respirar un poquito mejor, y entonces este verano se inundara todo de azul.
Ese azul que te apuñala la garganta y juega con tu voz, te hace una laguna entre los dientes aplastándote las cuerdas vocales.
Ojalá se me extendiera el mar en las pupilas, podría tatuarte vida en cada parpado para cuando quisieras dormir, y no pudieras hacerlo, porque ya, este verano nos contagio el insomnio a más de uno. Ojalá no existiera ninguna estación de servicio cuando llueve, ni los semáforos, que recorren tu sonrisa, me obligan a detenerme y yo lo único que quiero hacer es seguir escondiéndome en cada rincón tuyo.
Ojalá me salvara este mar , en un amanecer salvaje lleno de cantos y de despedidas, porque desde entonces que mi sueño no es normal. Ojalá, se me cortara el alma, los dedos, el viento me inundase la frente y los pulmones dándome de perfil, sobre una pestaña inclinándome para tocar el cielo. Cayéndonos tan hondo, flotando tan adentro. Tan afuera está este día, y tan rotas las autopistas que me llevan a tu cerebro. Porque todos queremos saber qué estás pensando cuando acariciás las cuerdas, cuando gritas, y cuando cerras los ojos.
Pero más me gustaría saber, porque llueve, si es martes.

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