lunes

Quien se aleja de mi? vos o yo? o mi cuerpo quizá, será él quien se encarga de mantenerme afuera?
Lejos, y viva como de costumbre. Como mis ancestros que cortaron mi piel para preocuparme menos. Para no ser menos que lo que soy. Para no caerme sin antes haberme levantado.
Quién será hoy, la imagen que me condene? puede llegar a ser capaz de cuagularme la sangre para formar cicatrices, que me acompañarán por el resto de este viaje. No me voy a ninguna parte si no es con vos. O con el viento. Quién será la sangre que se anime a correrte por las venas?, el viento que te despeine, que lo ahogue todo con un gris opaco. Habita la magia en aquél había una vez. En tus pupilas. Porque no hay color. Todavía no ha nacido el día que se anime a despertarme. Todavía no ha llegado a ser feroz el encuentro entre tu viento y el mio. Formar un huracán, o un tornado. Aún no ha dado a luz el sol que quiera figurarse entre mis plantas, para así florecer en cada estación. Cómo un sauce, pero ésta vez todo se lo traga la música. Quién se aleja de mi? El alma que me grita porque está encerrada, un viaje eterno que recorre mi mente cuando juego con mis dedos a recorrerte la espalda.
Y nunca alcanzo a finalizar el juego. Quién será aquél que logre dividirme en dos, separar mis mañas y resolver el laberinto que se esconde en mi cabeza? Se me despeinan las piernas y fingen que se cansan, un día yo nos imaginé ancianos. Es que si me dejo correr, empezarán a hablar por mi y ya no voy a tener espacio suficiente para acurrucarme y escapar de las ideas furiosas , congeladas que a cada paso me preguntan si estoy segura de lo que hago. Porque es dificil comenzar a hacerse cargo. Uno planta sus semillas, y vos estás arraigado a mi, como siempre, como nunca quise dejarte escapar. Como todo, como nada, como un mar que reclama su lugar, y destruye lo que cada uno crea.
Mis manos hablan por mi, soy ahora un juguete enfurecido, una bronca a punto de estallar y convertirse en pedazos de cemento, una vid que no da frutos porque se cansó del agua, dice que prefiere el whisky y dormir en tu cama otra vez.
Me escapo en cada idea, en cada tecla que retumba como si este espacio estuviera vacío, como si estas paredes fueran blancas y no hubiera héroe alguno que se arriesgara a manchar todo de amarillo.
Escribo sobre lo que pienso, encima de la luz está mi vergüenza, encima de mi, está mi dolor. Encima de cada nota musical se envuelve el cielo, para poder reírse a carcajadas de mis sabanas, que hoy están solas. Que tanto tiempo va a costar acostumbrarse. Que tanta brisa de mar se le escapa. Pensamientos sin razón sabés, historias inconclusas, como alguna vez te conté. Como alguna vez fuiste. Volvería yo, a ser tu maga que cambie todo cuando no querés levantarte para ir a trabajar, cuando el cielo te aplaste porque dejaste de armar castillos con la voz. Un viaje constante y yo ya no sé qué hacer. Porque vos estás ahí, y siempre te escribo. Me hablás bajito porque estás dormido, y yo, que te vengo a despertar con mis pelotudeces. Otra vez.
Entendés que ya estoy cansada? No quiero escribir más así.
Llename el camino con hojas secas, y te invito a saltar encima, aunque las canaletas se tapen de lluvia y destruyan todo el cielo que alcanzamos a construir. Nosotros si que sabemos de castillos invisibles, de sueños quebrados, de promesas que se traban y no alcanzan su finalidad. Nosotros si que sabemos como se debe volver a empezar.
Vos si que sabés.


1 comentario:

Ernesto Alaimo dijo...

-ay esta Esther... siempre buscándole el quinto anillo a Saturno -dice Brunilda mientras teje su bufanda número XXCXCCLVI.
-es que está todo el día ahí viviendo -agrega Doris, por sobre los anteojos de leer necrológicas que no son los de hacer las palabras cruzadas que no son palabras que hayan ido a hacer las cruzadas que no.
-si mirara un poco más la televisión, capaz, viste.
-pero no quiere, mirá que yo le digo
-y claro.
pasa una moto delante de la ventana y debajo de sus ruleros, y las ancianas se quedan quietas mirando la calle, así hasta que te olvidás que lo leíste.