jueves

La angustia es galopante, aplasta el pecho, recibe a las piernas con un nerviosismo característicos de estos días tan extraños. Manifiesta, que afuera, todo pesa. La humedad en el pecho se convierte en una cárcel, el mármol tan conocido por todos, y hace tanto tiempo que espero.
Porque así, puedo morir, entre tanto tiempo que pasa, entre tantos días que se me escapan, correa al suelo, cadena para el dios del llanto, de todo lo que encierra este puto olvidar, arrancaste las uñas, ahora como sangre, alma, vientre, espera, piel, sabor.
Se me cae la lengua al suelo, se me parte la boca, ensucio todo, mi mente se corrompe otra vez.
Busco escapar.
Diferencia. El cielo está muerto.

No hay comentarios: