martes

En qué parte de la historia las palabras van más rápido que la mente, con las canciones que te escribí puedo hacer un álbum gigante de grandes éxitos. Escribo acentos dónde no los hay. Y puedo recordar cada una de las palabras que me clavaste en la sien. Hora de repetir canciones, una sola y basta. Los días ajetreados de nuestra generación, que llenan todo de humo. El vino que te mancha los dientes y me río porque te queda muy bien. El idioma que no me enseñaron a hablar, lo aprendí a los porrazos. Y acá estoy, cayéndome todo el tiempo. A veces el viento me levanta. A veces escucho tu voz y empiezo a llorar.  El cielo inundado de nuestros días, nuestros y de nadie más. Pienso mientras invento las mentiras que voy a decir cuando llegue y la vea, cuando se encargue de destruir las palabras que armé como un castillo sin cimientos, sin nada de qué aferrarse, así la vida, así las cosas. A la mañana me acuerdo que no puedo dormir, y a la noche pienso que quizás no sé hacerlo, que en realidad no hay nada más que mi cabeza a punto de estallar. Pero vuelve a suceder y miento, por que hacer el amor pasó de moda dicen. Suena "thousand ways" . Nada poco acertado para estos días, desde lejos no puedo ver, y si intento volver, voy a terminar vomitando. Como cuando me dijiste que aprendiera a crear puentes, que era fácil, tan fácil como escribir, o no sé que otras cosas nombraste, y me desplomé. Porque todo lo que tus labios dicen, me hace vomitar. No encuentro el momento justo cuando terminar, con la sonrisa puesta en la clavícula, huesos firmes los de nuestros pibes. Mañana va a estar todo lleno de viento otra vez. Motivos para escribir mil renglones en la puerta del baño, donde nacen los poetas me decís, y hacés de cuenta que no hay nadie en este lugar. Un bar en alguna ciudad que ya no recuerdo cuál era, sólo recuerdo el momento que me levanté de la silla, y la presión jugó su mala pasada, después, puedo inventar dónde terminé, pero no hay tiempo. No existe, me decís, seguís hablándome y a mi todo me da vueltas. Vuelta de acá, vueltas de allá, cómo va caballero? Regaleme un acento para mis palabras. Disparo en medio del estómago, este vino es tan barato me decís, a mi me sienta bien. El violeta resalta la sonrisa, te digo, y me río porque la situación ya es muy ridícula. El buzón sigue sangrando, nunca entregué las cartas que escribí, siempre fui muy cobarde, y mientras corro para ver en qué ciudad existe ese bar, tengo que inventar en qué cama voy a dormir hoy, porque la situación está así, "me quiero tomar quince vinos y llorarme la vida entera", borrachos los dientes que entregan el aliento más dulce de la temporada, un condado lleno de ebrios este, pienso. Sigo corriendo.
Ahora " On every Page"

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