lunes

Entre los dedos se escapa, entre todo eso que no podés ver, o no querés. A esta altura todos los intentos por buscar un suelo firme se reducen a nada. Y entonce,s no hay más que perder, porque en donde estoy parada, todo gira. Entre las venas me derrito, entre tu respiración me invento canciones con las notas más agudas que existen. Como el dolor, y el brazo que se vuelve inútil. Días, setecientos treinta, canta. No entran lágrimas en estos labios. Colecciono sobrecitos de azúcar para el café. Acurrucados mis días, acurrucados nuestros días, me decís.

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