sábado

Como romper todas las cadenas y deshacerse al fin, de eso que llamamos dolor. De todas las verdades que conocíamos como ocultas, de todo aquello que nos acostumbra este invierno. Que ya pasó, que no está más entre nuestras manos. En nuestras manos. Todo nuevo de verdad.
Como tu sonrisa, y explicar qué es eso que nos hace ser viento. Ese viento capaz de romperte la cara, cortarte la respiración y así, volver a nacer. Como cuando estamos juntos.
Ya no escribo sobre las manos azules, sobre el día en que decidí morir, ahora estamos viviendo. Nosotros sabemos volver a empezar. Nosotros sabemos. Enredarnos en la respiración de los días nuevos, en el sol que quema los ojos, y aprender a mirar con el corazón. Si vos no te caés, yo sigo para adelante. Si yo sigo para adelante quiero que seamos, que seamos juntos. Y todo lo demás, no existe me decís, no hay Lunes capaz de robarnos el corazón. Porque todos los días son Jueves con vos. Porque siento el verano corriéndome en la piel, las luces desenfocadas y en cuántas palabras aprendimos del amor, en tantas, hasta que nos dimos cuenta que ya no son necesarias,que en el caminar se encuentra todo.
Y en el oxígeno de los nuevos días. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo te hablo, no me importa si te interesa.

La narración tiene el detonante sobre un placer acumulado y secreto. A veces, también, sobre una sensación random que ni siquiera sabíamos que estaba... a veces es más fuerte,inclusive, que el tacto; mas incluso, que una maza: "Soy las palabras que no quisiste leer" fue una maza para mí.

Abrazos desde el vacío.